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lunes, 21 de noviembre de 2016

¿COMO ACABAR CON LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Y VIOLENCIA DE GENERO? POR MELANIA EMETERIO RONDON

¿Cómo acabar con  la violencia Intrafamiliar y la Violencia de Género?
“se trata de una acción humana intencional  que
                                                            causa daño y dolor  a otro ser humano  y, de su
                                                             mismo concepto, queda claro que es evitable”
El peso de una carga que abruma hace que soñemos con salir de ella a como de lugar. Es fácil soñarlo y anhelarlo, solo que hay carga pesada porque atraviesan los tiempos y moldean las conciencias y las mentalidades haciendo muy empedrados los caminos. Así es la violencia de género y la violencia intrafamiliar apañada por un a cultura milenaria que la justifica y la tolera. Sin embargo, hace varias décadas que la actitud tolerante y de contemplación cedió el paso a la acción contestataria para encarar ese asunto que ya es un gran dolor de cabeza.
En Republica Dominicana la llegada del 25 de noviembre, Día Internacional de la no Violencia contra la mujer, aviva el coro de voces que claman por el cese del maltrato hacia la mujer. Llegada esta fecha ya se tienen estadísticas no solo de las denuncias puestas por mujeres (en las  Fiscalías) contra sus maridos o exmaridos, sino por el número de feminicidios acaecidos durante el período. Y es que, aunque son muchas las expresiones de violencia, es la física, con su saldo en pérdida de vidas útiles, la que provoca mayor conmoción y  trauma.
En varios noviembres se ha hecho correr la consigna “Ni una Muerta más”, pero resulta que  para que esta demanda se haga material es preciso trabajar en varias direcciones, donde la prevención sea el eje central, y a partir de ahí, todo lo demás. Poner freno a esta violencia selectiva implica motorizar nuevas maneras de abordarla. Se ha demostrado que acabar con esta violencia no es asunto fácil por lo complejo de ella, mas tampoco es imposible si se enfrenta con todo lo que haya de enfrentarse invirtiendo en ello todo lo que sea necesario.
En el libro “Protección Internacional de los Derechos Humanos de las Mujeres” (IIDH - CLADEM, 1996) se define la violencia como una acción que una persona realiza contra otra persona, con la intención de causarle daño. Dice además, “que se trata de una acción humana intencional que causa daño y dolor  a otro ser humano y, de su mismo concepto, queda claro que es evitable”(pág. 26). Es en lo “evitable” donde está el argumento para prevenir. Y es aquí donde nuestro país no ha hecho lo suficiente para preservar las vidas de un número no precisado de mujeres.
La falta de prevención de esa criminalidad intrafamiliar pudiera estar mediatizada por factores objetivos y subjetivos entre los que citamos:
  • No hay suficiente voluntad para asignar un presupuesto acorde con lo que implica la violencia intrafamiliar y violencia de género.
  • Temor de enfrentar el asunto en sus raíces profundas, pues habría que revisar todas las prácticas y los discursos. Cuando abogados, jueces, diputados,fiscales, artistas, militares, empresarios etc. son abusadores de mujeres, muchas veces se dobla el pulso de la justicia.
  • El efecto de concepciones o creencias (subyacentes) de que este tipo de violencia  es asunto entre marido y mujer.
  • La conflictividad de carácter ideológico que ha acompañado casi siempre el tema de género, inducido por los estereotipos y prejuicios sobre la condición femenina.
Aunque estos factores están presentes no impiden que las autoridades se envuelvan en  discursos y promesas con mensajes que ya son reiterativos. Obsérvese a este respecto que casi todos los procuradores generales de la Republica, aunque tengan reservas al respecto, se ven conminados a hacer discursos de barricada sobre la violencia hacia la mujer, y los feminicidios. Esto es como parte del gran ceremonial, y así cada año, o cada vez que se produce un brote en la criminalidad hacia las mujeres.
Habrán indicadores de prevención cuando, (a la par de un sistema de capacitación para mujeres y hombres) desde la alfabetización hasta el grado de bachillerato, en escuelas públicas y privadas se trabaje (desde el curriculum, los libros de textos y la formación del profesorado) en una educación no sexista, la cual conduzca a un nuevo relacionamiento entre los sexos. Esta socialización debe llevar a reconocer el valor de lo femenino y de lo masculino sin visus de superioridad y dominio de uno sobre otro, y que reconociendo las diferencias biológicas, estas no sean ocasión para discriminar o menospreciar.
Se requiere echar a andar una educación en valores que cuestione los estereotipos y prejuicios sobre lo femenino, y construya otra masculinidad más humana y racional. Una educación basada en el respeto mutuo y la consideración entre los sexos. Una prevención que involucre a madres y padres en la educación no sexista como vía de prevenir violencia y promover los derechos humanos en la familia.
La prevención significa atacar todo lo que hay en el ambiente que sea dañino y coadyuvante a la violencia de género. Es el caso de las telenovelas y sus secuelas de violencia sexual, intrafamiliar, engaño, vicios, infidelidad conyugal, lascivia, erotismo sin limites, sufrimiento, actos de perversidad y de delincuencia. Nadie que diga que quiere prevenir esta violencia, puede dejar que tantas novelas, desde el lunes hasta el domingo, y en cualquiera de los horarios, permeen el espacio familiar. Estos intereses, tienen que verse afectados, en nombre de los valores, y de la prevención de la violencia de género.
Si el país está decidido a prevenir debe exigir que las políticas públicas como la Ley 24- 97, Contra la Violencia Intrafamiliar, sean observadas y respetadas por todos los medios de comunicación: programas de humor, comentarios, publicidad, (el uso dado al cuerpo femenino como objeto de morbo), letras de muchas composiciones, etc. Este sector necesita ser capacitado en Ley 24-97, y en otras normativas que advierten sobre la violencia de género. Es pertinente el llamado para que no sigan actuando como si estas leyes y políticas no existieran, y como si el saldo de violencia no les incumbiera.
Además de los ya señalados, hay otra cantidad de sectores que, como el laboral, los artistas, el empresariado, sindical, los partidos políticos, entre otros, en sentido general, no se sienten comprometidos con la prevención de la violencia, más bien parecen entender que es un asunto de la Fiscalía, y de la Procuraduría y del Ministerio de la Mujer. Las políticas públicas corresponden a todo el país. Se trata de enfrentar una cultura de muerte que esta cercana a casi todo el mundo de manera directa o indirecta.
La criminalidad al interior de un número no determinado de familia no disminuye. Las estadísticas oficiales de la Procuraduría General de la República dan cuenta de que de enero - diciembre del año 2015 se produjeron 67, 187 denuncias por violencia intrafamiliar, y que del 2005 - 2015  fueron 1, 078 los feminicidios en el país, esto es, más de 100 mujeres asesinadas por sus maridos en un año. Casi todas estas  mujeres se habían negado a continuar la relación con el feminicida. Estamos frente a una actitud posesiva y a la vez de baja estima masculina, que no acepta una decisión contraria a la suya. Si el país contara con educación preventiva a todos los niveles, la historia pudiera ser otra.
En el libro “Como prevenir la soledad, la depresión y el suicidio en niños y jóvenes” Miguel de Subiría utiliza el concepto “resilencia” como capacidad de afrontar  los hechos aceptando con fortaleza cualquier evento de la vida, aunque no sea de su agrado o conveniencia. La resilencia, entonces, obliga a aceptar los hechos como una experiencia  más, y sabiendo que la vida continua. Esto es lo que no ha sucedido con los abusadores de mujeres cuya mentalidad ha sido formada a partir de criterios irracionales, y quieren  mantener una relación con la que solo ellos están de acuerdo.
La no resilencia, y el fuerte apego a lo ya negado, obnubila los sentidos de muchos hombres, creándole dependencia emocional, inseguridad y bajas pasiones. Así es como responden a un estilo de socialización que los empobrece. En lo que va del año del 2016 las mujeres asesinadas en la violencia de género pasan de 70 casos. El actual modelo de socialización ha predispuesto a muchos hombres para a actuar fuera de juicio, como si el mundo se le viniera encima. Esto ha traído  consecuencias múltiples que llegan hasta sus propios hijos e hijas,  y algunos hasta acaban suicidándose.
 Si las autoridades competentes quieren claves fundamentales para enfrentar la violencia de género y al interior de la familia, ahí les van solo algunas, pues habría que abocarse  a un plan completo, profundo y sincero de prevención con señales clarísimas, y donde todos los sectores  se vean  emplazados. A prevenir, pues.
Melania Emeterio Rondon
Noviembre 2016---------------------------------------------------